Un paseo de espera a que caiga la noche [libree]

Era por la tarde y el sol brillaba, me estaba intranquila ya que por la noche habría luna llena. No podía quedarme encerrada en el internado así que decidí salir de el y empezar a caminar, a esperar a que salga la luna. Mi direción principal fué ir al bosque, y así lo hice. Una vez allí empezé a adentrarme, mirando aquellos enormes árboles de hojas verdes. No me dí cuenta de que llevaba una manzana en mi mano, la tiré al aire, la cogí con una mano y le pegué un bocado. Seguí mi ruta, total hasta la noche quedaba mucho y no tenía nada que hacer...

Estaba dando un paseo por el bosque, a la velocidad de la luz, corría rápidamente por las profundidades del bosque para que los simples humanos no me encontrasen cuando sentí un olor bastante desagradable que se acercaba hacia donde me encontraba, un lobo y el desagradable aroma que emitía. Me quedé donde estaba esperando que se acercase lo suficiente a mi para ver cómo saldría este encuentro inesperado.

Un desagradable olor penetró por mi nariz...no había ninguna duda, un vampiro se encontraba en mi mismo lugar. Mordí de nuevo mi manzana y miré a mi alrededor, capté una jóven de tez blanca, conun olor que me producía arcadas entre los árboles y observándome. -¿Vas a salir de ahí o esque la luz solar te molesta demasiado? - comenté,alzando una ceja. Me iba a controlar, si la cosa iba para bien, claro.

Reí estruendosamente ante sus palabras de forma burlesca, el sol no me hacia daño como a los demás vampiros, los comunes y corriente.- Obviamente querida - dije de forma arrogante mientras salía de entremedio de los árboles hasta el claro donde se encontraba la insignificante loba. El sol se reflejaba en mi blanca piel, lisa y fría como el mármol como si fuese una estatua, miré a la chica de la cabeza a los pies con desprecio y luego le sonreí de medio lado.

La miré mal y gruñí por lo bajinis. Observé aquella vampira de arriba abajo...no era nada, solo una piedra con patas andantes y voz. -Estarías mejor dentro de una cueva a oscuras, con murciélagos y reservas de sangre, no vaya a ser que se acaben los árboles y los humanos se den cuenta de lo que eres...- dije tranquilamente, cruzando mis brazos, y dándole otro mordisco a la manzana.

Alcé una ceja ante su gruñido tan salvaje y sus palabras, esperé en silencio a que terminase de hablar para no interrumpirla, aunque fuese una bestia se merecía respeto o yo soy demasiado educada. - Resentida eh? Querida, sé que no es fácil ser una animal como tú, tranquila... - dije fríamente con arrogancia en cada una de mis palabras que eran lanzadas con insensibilidad a sus oídos para que captase claramente mi intención.- No tienes que descargarte conmigo, no es culpa lo que te ha tocado vivir - dije con evidente tono de burla pero tranquilamente- Algunas solamente tenemos el privilegio de ser así - sonreí de forma altanera con una sonrisa torcida cruzando mis brazos sobre mi pecho.

La miré y enarqué una ceja. -Bien orgullosa que estoy de lo que soy, que no me ace falta esconderme de la criatura mas débil...peor castigo sería llevar la vida de un vampiro, matando a simples humanos para saciar la sed. Repugnante.- dije tranquilamente y con cierto orgullo. -Mis heridas sanan de seguida y al menos no estoy condenada a vivir mis restos en el infierno.- comenté torciendo una sonrisa. -Asi que...yo no soy la que le cae una condena, yo no soy la que tiene los agurios, yo no soy la que le espera una vida de castigo después de desaparecer del mundo vivo...- dije divertida y algo chula.