Ytrina Moran Ejercisios, para conservar la linea!

La caminadora estaba sacando todo de mí. Desistí en mis intentos de parecer una modelo de pasarela y bajé de ella con caminar tambaleante debido al esfuerzo. Llevé mi pañuelo a la cara para secar las gotas de sudor que se escurrían por mi frente y entonces observé cómo Nitti hacía su llegada al gimnasio.

-¡Hey Nitti! -grité desde el otro lado- ¡¿Qué tal, nena?! -pregunté en ademán familiar y me acerqué a saludar-

El outfit de Nitti se parecía mucho al mío, aunque yo, adepta a los tonos tierra, me confundía más con el ambiente de relajación.

-¿Cómo estás, Nitti? -pregunté, acercándome un poco más, algo más descansada- ¿Qué tal anda todo?-

Cubrí mi boca, debido al suspiro que salió de ella, consecuencia del cansancio y le dirigí una sonrisa entre los dedos. Volví a adoptar mi postura inicial y llevé el pañuelo sobre mi hombro, esperando la respuesta de la muchacha.

-Uy, la verdad ya iba de salida, Nitti, estoy exhausta y tengo una cita esta tarde. Ya sabes -pronuncié con voz monocorde. No tenía intenciones de ejercitarme de más- ¿Qué tal otro día? Hacemos cita y nos venimos un rato al gym-

Me alejé un poco de la chica, tratando de parecer lo menos desinteresada posible. No pretendía herirla. Pero en ese momento me encontraba en extremo cansada, con toda la energía succionada de mi cuerpo. La caminadora me había dejado muerta y no quería pasar tiempo con nadie más que mí misma.