Entrenando [Ytrina]

Me fui al gimnasio, desde que habia entrado alli, apenas si habia podido entrenar y mis musculos lo necesitaban, me puse una camiseta de tirantes blanca ajustada y un pantalon de deporte negro, alli me puse a hacer pesas...

-Maldita caminadora -palabreé, mientras luchaba por un mejor cuerpo- ¿Por qué no eres más entretenida? Esto comienza a parecerse a la cárcel-

Tomé mi botella de agua de la alfombra a mi lado y di un gran trago antes de dejarla de nuevo en su sitio y seguir mi rutina de ejercicios. Pese a haber estado menos de un mes en el gimnasio, sentía las diferencias en la firmeza y lo bien que me quedaba alguna ropa. Mi cara se veía ligeramente más bonita. Y, en conjunto, todo eso valía el trabajo de obrero que hacía entre la caminadora y el Pilates.

Frente a mí, en la zona de pesas, Angel Maclay había llegado, haciendo el trayecto a un mejor físico algo más divertido. Verlo hacer pesas era genial, aunque, claro, era algo que prefería callar.

-Hola -dije, con falso desinterés-

Mire a mi alrededor y vi a Ytrina
-Hola Ytrina
Deje las pesas y me incorpore, estaba empapado en sudor
-Como va el ejercicio?

-En la lucha -admití, algo cansada- Odio tener que hacer esto. Pero, todo sea por poder irme a vacacionar en verano -bajé de la maquina y me acerqué a él- ¿Qué hay de vos? ¿qué tal estás?-

Estaba sudado, de pies a cabeza, haciéndome dejar un poco más de distancia. Odio el sudor. Sin embargo, seguí con la cordialidad y me dediqué a esperar su respuesta, observando cada uno de sus movimientos y gestos. Angel me llamaba algo la atención. Sentía una debilidad por los morochos en general.

-Yo estoy muy bien
Sonrei
-La verdad es que todo me va muy bien por aqui, pense que me costaria encajar, pero no me a costado nada..

-Qué bueno está eso. Es bueno poder encajar en un cierto grupo de gente ¿cierto? uno se siente algo más aceptado. Además, ¿dónde no encajarías? Si eres una persona genial-

Sonreí, tratando de mantener la conversación y me recosté en la máquina de las pesas, en cuyo asiento me dejé caer a continuación. Volví a sonreírle y tomé una de las pesas pequeñas. La alcé sin problemas, luego tomé una más grande y pronuncié mentalmente un hechizo para hacerla menos pesada.

-¿Cuánto alzas?-

- Llego a levantar 200kg sin problemas, pero no mas
Sonrei mientras la miraba levantar las pesas con magia

-Entonces, eres medianamente fuerte, señor Vampiro -sonreí. Era la primera vez que acotaba mi conocimiento sobre su naturaleza- Eso está bien, así salvas a pequeñas niñas indefensas en peligro -sonreí, procurando que mi burla fuese lo más sutil posible-

La mire
-Mi fuerza sirve para muchas cosas mas que para salvar a pequeñas niñas
Sonrei
-Mi fuerza es muy util, al igual que tu magia

-De hecho, mi magia es útil para muchas cosas. Por ejemplo -traje hacia mí la botellita de agua que había dejado cerca de la caminadora en un solo pestañeo- ¿Puedes hacer otras cosas además de levantar objetos y tener super fuerza?-

Me sentía intrigada con respecto a esto. Los vampiros eran hermosos, se alimentaban de sangre y tenían super fuerza. Pero, no me quedaba claro qué terminaba de hacerlos especiales, de diferenciarlos de otras criaturas menos... dotadas.

-La verdad es que si, me muevo mas rapido que nadie...
Sonrei, la verdad es que podiamos hacer poco mas, entonces se me ocurrio algo
-Y al contrario que los demas, somos seres inmortales
Dije medio riendo

-Creí que se morían quemándolos -me encogí de hombros- Supongo que es mentira, después de todo-

Sonreí levemente y llevé un sorbo del precioso líquido. Mordí mi labio, en un ademán cotidiano y me recosté más en la máquina. Comenzaba a sentirme verdaderamente cansada, pero ¡cómo quería quedarme allí con él!-

La mire
-Si, si nos da el sol morimos y si nos clavan una estaca en el corazon, pero no nos afecta el paso del tiempo...