~Perdida e indefensa, no me hagas daño (Libre)

Recién llegaba al Internado Aisteach, donde mi existencia y la de muchos otros se mantenía en secreto para los humanos. Aquel día corría una leve brisa. Fui hasta mi habitación y dejé mis maletas allí. De paso me miré en el espejo y me acomodé el cabello. Salí de los muros del castillo, inconscientemente. Sin fijarme por donde iba llegué al bosque. Lo peor de todo era que estaba mas perdida que una jirafa en medio del desierto. "Felicidades Charlotte" pensé, "Ya te perdiste". Comenzé a dar vueltas en círculos buscando la salida. Me adentré aún mas en aquel bosque.
Ya había caminado alrededor de una media hora cuando sentí ruidos a mi alrededor. Me quedé quieta donde estaba, esperando alguna señal que me dijera que tenía que correr. Aguardé unos instantes y nada pasaba.

Un olor llegó a mi, que estaba empezando a temblar ligeramente. Era olor a vampiro. Me voltee esperando ver a alguien, pero allí no había nadie. El miedo se estaba apoderando de mi. Yo era inofensiva, pero no sabía si ese vampiro o esa vampira que estuviese allí, lo era tambien. Miré al cielo inutilmente, pues lo tapaban los árboles. Izquierda y derecha, no había nada.

Una voz sonó a mis espaldas, provocando que mi corazón diera un salto. Pensé que me iba a infartar. Me dí vuelta lentamente. Mi cerebro pensaba a una velocidad increible, hasta que entendió las palabras que había escuchado. La vampira que había allí era rubia y alta. Me quedé mirandola, no sabía que hacer.

Sus ojos eran rojos o seguían rojos. Era aterrador. Asentí lentamente cuando dijo que no mataba personas. Supuse que por mi aroma sabría que era una híbrida, aunque eso no me daba ventaja alguna. Ella me superaba porque era una vampira completa. Yo seguía siendo mitad humana, mitad torpe, mitad indiscreta. Tragué saliva y parpadee varias veces. -H..ho..hola dije con voz quebrada

Miré la zona iluminada que estaba señalando. Asentí con la cabeza y comenzé a caminar. Miraba de reojo a la vampira cuando dije: -Soy Charlotte Selbsmond con la voz mas segura que pude, aunque sonó infantil. Llegamos al lugar y me paré de manera que la podía mirar de frente. Esperé a que ella dijera o hiciera algo.

Sus ojos se tornaron de color verde. Al parecer no tenía pensando atacarme o algo por el estillo -El gusto es mío Rose dije con la voz mas segura. Estaba entrando en confianza con la vampira.