Bloody Mary // Alexa Stonem

Dieciocho años bien cumplidos y otro portero engañado. Legalmente, a los 18 años no se pueden hacer muchas cosas, y una de ellas es ingerir alcohol del que necesitaba un trago con urgencia. El bar estaba concurrido esa noche, una de las razones por las que le habían dejado entrar sin fijarse en su identificación.

-Un Bloody Mary -pedí- Prepáralo como si fuese para tí, guapo -le guiñé un ojo al bartender y me di vuelta, admirando la vida que parecía cobrar el lugar-

Unas mesas más adelante, dos personas peleaban y otras las animaban, parejas rondaban todo el lugar, dándose besos y acariciándose como si nadie los viera, mientras otros de mi edad intentaban colarse dentro. La pista de baile comenzaba a tornarse un hervidero de gente y yo empezaba a sentirme decididamente aburrida.

Me arreglé como siempre lo hacía para demostrar más edad que la que realmente tenía y como era obvio, parecía una sexy mayor de edad. Me dirigí al bar de forma segura y decidida, entré al lugar con facilidad aunque el guardia me miro con duda sin embargo no dijo nada me abrió pasa para poder ingresar. Una vez dentro distinguí a Ytrina a lo lejos, por lo que sin pensarlo demasiado me dirigí hacia ella.
- Hola Ytrina – la saludé amablemente mientras me sentaba a su lado. El bartender se acercó enseguida hacia mi esperando que pidiera algo, sin embargo yo no bebía alcohol ni nada por el estilo, iba a esos lugares porque me encantaba bailar- Por ahora, un vaso de agua, gracias … - le sonreí de forma amigable a él y luego volví a mirar a Ytrina.

-Hola, Alex -saludé con una sonrisa- ¿Qué cuentas?-

El guapo bartender trajo my Bloody Mary y le di un sorbo gigante antes de dejarlo en el porta-vasos de la barra. Me gustaba tomar despacio, degustar y dar sorbos de a poquito, cosa algo extraña dada las prisas con que se vive ahora. Alexa estaba sentada junto a mí, aparentando más edad de la que tenía, como siempre que quería colarse en algún lado y con las ganas de bailar escritas en la cara. Cuando el bartender atendió mi pedido, ella había ordenado un vaso de agua, por lo que le observé esperar.

-¿Cómo estás?-

Sonreí de medio lado ante su pregunta, Ytrinina era una buena amiga, no de podía decir que éramos intimas mejores amigas pero tal vez era solo cosa de tiempo. Nos juntamos bastante seguido por lo que no se me hacía extraño estar compartiendo un tiempo de calidad. - No mucho, aun no me acostumbro a vivir en un internado… - dije mientras en mi rostro se dibujaba una expresión extrañamente graciosa, como extrañada e incómoda pero divertida. El chico del bar llegó rápidamente con un trago para ella y agua para mi.
- Bien, estaba demasiado aburrida necesitaba un poco de ‘Dance’, tu sabes! – dije riendo suavemente mientras tomaba mi vaso para darle un sorbo. – Y tu? ¿Cómo has estado? – pregunté amigablemente.

-Medianamente bien, no he salido mucho últimamente, aunque me gustaría hacerlo más, he estado agarrándole el gusto a todo esto de los sitios nocturnos -me encogí de hombros- ¿qué puedo decir? ¡Me han corrompido!-

Lady Gaga sonaba en la pista de baile, haciéndome tamborilear los dedos en la mesada de la barra. Sonreí yo también de medio lado y di otro sorbo a mi trago. Éste se me subió a la cabeza, por lo que tuve que sacudirla, derramando accidentalmente el trago en la blusa que llevaba. Era blanca.

-Demonios, qué tontería -tomé una servilleta del servilletero y traté de quitarme la bebida antes de que el tomate manchara mi ropa de forma permanente- Debí haber pedido una margarita en primer lugar-

Incliné levemente la cabeza hacia un costado con actitud curiosa ante sus palabras y luego sonreí más ampliamente. La música me envolvía como un abrazo incitándome a pararme de ahí y empezar a bailar, pero no, debía controlar mis instintos y quedarme ahí con Ytrina. Conversar un momento en vez de bailar, estaba bien aunque mis pies quisiesen salir de ahí.

Estaba a punto de contestar cuando su trago se dio vuelta encima de su blusa, una muy bonita a decir verdad pero blanca por lo que comenzaba a hacerse transparente la parte en donde había caído el liquido. - ¿Estas bien? ¿Vamos al baño o algo? – le pregunté con preocupación sin tener mucho que decir.

-Deberíamos -contesté- Está bien, vamos-

Me puse en pie, cubriendo con servilletas la marca roja semitransparente que era ahora mi escote y mi abdomen. Solté una sarta de palabrotas en nuestro camino al baño, la mayoría dirigida específicamente a mi persona, hasta que la entrada a los servicios me detuvo. Una luz ambiental, de color rosado, inundaba los azulejos blancos que recorrían toda la estancia, desde el techo al suelo. Grandes espejos por todo el lugar daban la apariencia de un motel barato, cosa que no me resultó nada agradable.

Tomé aire, antes de comenzar a despotricar de nuevo y me deshice de mi chaqueta y posteriormente de la camisa, para quedar sólo en el brassier, que casi ocasiona otra rabieta. Coloqué la camisa bajo el chorro de agua que salía del lavabo y comencé a restregar con el jabón líquido de la fuente de servicio junto al lavabo. Poco a poco, la mancha comenzó a salir.

-Diablos, ahora pareceré Lady GaGa, usando un brassier como única prenda bajo una chaqueta. La camisa está completamente mojada -hice una mueca, tratando de sacar todo el agua de mi camisa- Ahg, hoy no es mi día-

Llegamos al baño del Bar y descubrí a simple vista que no tenían muy buen gusto, hice una mueca de desagrado al entrar pero debía hacerlo por Ytrina y el desastroso final de su trago que tanto disfrutaba. Rescataba de aquel tocador los grandes espejos que poseía en sus paredes, me agradaba verme de los pies a la cabeza, observar la perfección que habían creado mis padres…. Que en paz descansen, pensé con amargura.

La observaba limpiar su blusa mientras tarareaba la canción que se escuchaba suavemente dentro del lugar, era una de mis canciones favoritas: movida, motivante y extremadamente buena para bailar. Seguí tarareando y acerqué mi rostro al espejo, saqué mi brillo labial de mi bolso y pinté mis labios nuevamente con un glitter rosado.

Sus palabras me hicieron volver a mirarla, su blusa estaba peor a menos de que tuviese demasiado calor, pensé divertida pero a la vez preocupada por lo que iba usar. - ¿Lady Gaga? Eres muchas más linda y eres una mujer de verdad – dije divertida mientras recordaba la dudosa procedencia de esa cantante y todos los rumores que deambulaban por todo el mundo. – Te veras muy bien, so sexy – la animé con una sonrisa en mis labios.

Dejé la blusa a un lado y abotoné el blazer un poco por debajo de la línea del brassier, haciendo algo más discreto el look. Entonces me acerqué al espejo y comencé a retocar el maquillaje tan llamativo que había estropeado en un instante. Renové el carmín de mis labios y mojé algo mi cabellera, para darle las curvas que tanto gustaban.

-¿Qué hay del bartender? Me avergonzaría sentarme junto a él usando nada más que esto -señalé mis ropas- Bueno, ya qué, si lo tienes, lúcelo-

Quité mi cabello de los hombros, tendiéndolo hacia atrás y peinándolo delante. La verdad me veía bonita, quizás algo más sexy de lo habitual pero ¡vamos! estaba en un bar y comenzaba a animarme.

-¿Qué tal luzco?

Supuse que ya se le había pasado la molestia por el accidente por sus palabras y su interés por el chico que atendía el bar, que a decir verdad era bastante guapo pero no era mi tipo. - ¿Avergonzarte? Al contrario, no dejará de mirarte – dije sonriendo observándola, se veía bastante bien tal vez un poco osado para mí, pero se veía bien.- esa es la actitud Ytrina, de todas maneras hay chicas que dejan bastante que desear aquí… tú serás una señorita a su lado – resté importancia a mis palabras y arreglé mi cabello suavemente dejándolo pulcro y perfecto como debía ser.

- Luces bien, nadie sacará los ojos de ti – volví a animarla, sin saber exactamente si aquello era bueno o no para ella.- ¿Volvemos? – le pregunté con un pequeño brillo en los ojos, la música que sonaba era muy buena.

"La actitud, la actitud, la actitud" -me recordé a mí misma- Sí, sí, volvamos. Creo que hoy tengo ganas de bailar-

No era completamente cierto, pues no soy buena bailarina, no tengo consciencia de los movimientos en la pista de baile, y, puedo decir que no son muchos. Sin embargo, las luces rosas de la estancia estaban generando una migraña terrible y no tenía intención de quedarme allí a esperar que prosperase. Tomé la camisa y la deposité en un bolsillo interior impermeable de mi bolsa, ya tendría tiempo de secarla completamente y mandarla a la lavandería. Cerré algo más la chaqueta y dejamos los servicios con la misma rapidez. Me acerqué a la barra a pedir otro trago y a flirtear un rato con el bartender. En cuanto me lo trajo, fuimos a bailar.

Sonreí ampliamente al salir de aquel lugar, no estaba cómoda en aquel lugar. Salimos del baño rápidamente y volvimos al mismo lugar donde estábamos, nos sentamos en el Bar donde él mismo chico nos volvió a atender. No supe cuando sucedió pero en un abrir y cerrar de ojos Ytrina volvía a tener un trago entre sus manos, al contrario de mi que no pedí nada esta vez.

Fuimos a bailar, la canción que empezó a sonar me motivó era una de mis favoritas; Sexy chick de David Guetta y Akon. Comencé a mover mi cuerpo al ritmo de la música, a veces creía que esa canción había sido escrita especialmente para mi, sonreí ante eso. – Ytrina ¿Qué estás tomando? – le pregunté con curiosidad, tenía un poco de sed y tomar algo más ‘fuerte’ no sería tan malo.

-Un vodka ligero, de hecho, sabe más a limón que a vodka, no tengo intenciones de emborracharme hoy -di un sorbito y continué moviéndome al ritmo de la música- ¿Quieres que te pida uno?-

Esperé qe me respondiese mientras Rock That Body de los BEP comenzaba a sonar, la gente dejó de bailar, en toda la expresión de la palabra y en cambio, se movían todos al unísono, con perfecta sincronización a la que me uní. Esa noche era especial, no dejaba atrás mis prejuicios todos los días, para relajarme.

Sonreí ante su respuesta pero a decir verdad no me agradaba mucho el vodka, prefería el tequila se debía tomar algo de alcohol pero por gusto no bebía nada de eso, por lo menos hasta que encontrase un trago que me gustase de verdad. - No, no te preocupes, gracias - le dije sonriendo mientras la canción resonaba por todo el lugar haciendo mover mi cuerpo moviéndome como los demás.

Las canciones me parecían que duraban poquísimo, comenzó a sonar un mix de Bep entre las que se destacaron 'Boom boom pow' y ' I got a feeling' . Todo estaba genial, me encantaba bailar y pasar un buen rato ¿qué mejor que buena música?

Después de un rato, estaba lo bastante cansada para rechazar la invitación del barman a bailar una canción y me encaminé directo a la barra. Quería agua, fría como el hielo y que me quitase la sed. Otro chico me atendió y en cuestión de segundos tuve la deliciosa bebida en mis manos.

-Gracias -dije con encanto en la mirada- Me has salvado la noche, literalmente -le di la espalda, dejándole con la palabra en la boca y comencé a beber despacito. Como deseando que no se acabara nunca-

Dejé el vaso ya vacío en la barra y volví a la pista de baile. Debía encontrar a Alexa entre toda esa multitud, quería irme, no estaba diseñada para andar vagando por las calles a las dos de la mañana sin motivo aparente. La encontré cerca de la cabina del DJ, bailando con un chico.

-Debo irme, Alex-