Todo puede pasar con Alex

Paseaba por las afueras del internado, Irlanda me parecía un país bastante interesante por lo que salir a pasear era una buena idea, en especial si era un día nublado y frío. Caminaba tranquilamente por el oscuro del bosque donde la luz divagaba suavemente por el lugar, la brisa me envolvía de los pies a la cabeza y los árboles se mecían de lado a lado como si danzasen para mí. ¿Qué lugar mejor para un agradable encuentro?

Me quedé quieta en medio de la nada, camuflándome con el lugar como si fuese parte del paisaje mientras esperaba que él llegase, teníamos un pequeño encuentro, nada serio ni personal pero era bastante cómodo perder el tiempo a su lado. Iba a quedarme parada como una estatua de mármol, blanca y fría por lo que cerré los ojos esperando su llegada.

Abia llegaba al oscuro del bosque con mi chaqueta en mano,
no sabía por que la traía pero la traía. Estaba esperando a que llegase ella,
pero no la veía por ningún lado, no se si era yo el retrasado o ella. Me pare
frente a un árbol miraba y miraba por si se aparecía por en medio de la nada, volando
o corriendo veloz mente. Una de sus cosas típicas.

Sentí el aromado suave de mi compañero de raza al instante que llegó al lugar, era probable que no pudiese verme a simple vista por lo que de un salto me paré en un árbol y observé panorámicamente el terreno. Fue ahí cuando lo vi, salté ágilmente de árbol en árbol casi volando y me coloqué en el árbol donde él estaba, reí estruendosamente mientras saltaba y me colocaba delante de él.

Sonreí al verle y le di un abrazo fuerte – Aleex! – dije en forma de saludo mientras me alejaba de él.

Sonreí ampliamente ante su saludo, lo conocía hace bastante y aunque no compartí el hecho de que no le gustase la sangre humana, aquel exquisito placer de dioses que nos otorga la vida, me caía bastante bien y me agradaba estar a su lado.

- ¿Cómo estás? ¿Por qué has tardado tanto? – exclamé en forma de reproche mientras cruzaba mis brazos sobre mi pecho. Junto a él me comportaba como una niña mimada, sin embargo el tenía la culpa por aceptar todos mis reproches y seguir todos mis mimos.

Alcé una ceja ante su forma de responder y la expresión de su rostro, fruncí los labios hacia un costado y luego relajé el rostro - Bien, siempre estoy bien - le respondí con leves aires de egocentrismos pero con una sonrisa en mis labios. Algo ocurría y quería saberlo, iba a saberlo aunque fuese lo último que fuese - ¿Qué sucede? Tu no eres así - dije mientras colocaba uno de mis dedos en su barbillas haciendo que elevase el rostro y con él la mirada, obligando a que me mirase- Siempre la mirada en alto, digno y respetable ¿Qué pasa? - pregunté extrañada.

Lo miré apenada mientras hablaba, poseía escasos recuerdos de mi pasado antes de convertirme en vampiresa. Pero uno de los únicos que tenía era a su lado, compartiendo y jugando juntos como buenos amigos, porque no éramos familiares ni nada por el estilo pero el sentimiento era bastante profundo.

- Yo también estuve todo el resto de mi vida humana sola, aunque no recuerdo mucho después de la ponzoña – lo miré directo a los ojos- desde entonces todo ha sido diferente, aun no me acostumbro a esto – confesé suavemente, nunca la había contado eso a nadie pero Alex era algo más que ‘nadie’. Ahora estaba completamente hermosa, mucho más que antes pero fría y blanca como si fuese hecha de mármol como una estatua, cosa que no era para nada cómodo por más que llevase cinco años en ese estado aun me sentía fuera de lugar.

- Yo ahora tengo unos ‘tutores’ o algo así, me recogieron cuando era una vampira desesperada, con sed de humanos y me protegieron en ese tiempo… en que tu no estabas – agregué con amargura- y ellos me mandaron aquí – me mordí el labio inferior.

- Pero ahora todo está bien, cierto? – le pregunté esbozando una linda sonrisa.

Escuche atentamente a Georgina, mi mirada se desviva hasta
sus labios, la forma en que me hablaba era linda, la verdad que ella siempre
fue así con migo desde la infancia bueno lo que recuerdo que me decía tenia
vagos
recursos de mi infancia asta que me convirtieron en lo que soy ahora. – ¿Tutores?-
pregunte extrañados -de mi nadie se izó cargo ni mis propios abuelos. Que supuestamente
ellos me querían pero ya veo que eso no es así.-

 

Me sentí avergonzada, sí, tenía tutores... me mordí el labio inferior levemente nerviosa.
- Sí, es una pareja de vampiros... me encontraron en Francia cuando recién había despertado del efecto de la ponzoña - me hundí más en su mirada y sonreí- El que me convirtió me dejó tirada y yo me refugié en unos cerros del sur... cuando ellos me encontraron, no es como una familia .... pero es lo más parecido que tengo - le dije con un pequeño brillo en los ojos.

- pero vamooos! No vamos estar hablando de cursilerías todo este tiempo, siendo que podríamos gastar este tiempo en otras cosas - sonreí de medio lado y alcé ambas cejas de forma traviesa, le di un beso en la mejillas y lo empujé levemente para que avanzara con fin de caminar por el lugar.

Lo fulminé con la mirada- Fue suaveee!!! - dije elevando la voz- Esto es ser agresiva - Saqué los colmillos de forma feroz y lo empujé con ambas manos hacia atrás con toda la fuerza. El cuerpo de Alex recibió el fuerte impacto lanzandolo hacia atrás, supuse que no caería secamente al suelo porque era hábil al igual que yo.

Sonreí esperando su reacción.

Reí de forma divertida mientras volaba por los aires, caímos juntos y sonreí con dulzura - Pequeño Alex ¿De verdad piensas que me vas a lastimar? - dije dulcemente mientras le acariciaba la mejilla- Ahora ambos hemos cambiado, yo también soy fuerte... no me subestimes - agregué con una linda sonrisa en mis labios. - Además no te estaba haciendo enojas, era un juego... aunque enojado te ves bastante guapo - le guiñé un ojo de forma coqueta- tal vez te haga enojar solo por eso - reí.

Negué con la cabeza, aquello era imposible, sabía bien que con los colmillos fuera me veía horriblemente aterradora- No mientas Alex Roos, que no soporto las mentiras - dije de forma severa como si reprendiera a un niño pequeño.

Di un pequeño suspiro y sonreí, no podía creer que lo estuviese mirando con otros ojos. Era Alex el de siempre, el mismo Alex Roos que ya conocía y el único que recordaba de mi antigua vida... pero era él! como un hermano mayor para mi. 'Georgina ¿En qué estas pensando? Stop right now! ' me reprendió la voz de mi conciencia, pero la ignoré aunque aun así se hacía presente...

- Vamos a dar un paseo? - le pregunté de forma angelical con un brillo inocente en mi mirada.

Sonreí ampliamente y sentí como si una gran roca golpeara mi cabeza, debía sacar esos pensamientos de ahí y hacerlo rápido. Lo miré de reojo una última vez y me decidí a dejarlo pasar. Si alguien era guapo e interesante no le pensaba mucho y hacía lo que quería, para algo estaban pero él era diferente... no había nada más que pensar.

Reí- Gracias caballero - le dije de forma divertida mientras comenzaba a caminar por un sendero del oscuro del bosque. Los árboles daban un aspecto tétrico al lugar pero ¿Qué le podría pasar a un par de vampiros ene se lugar? A parte de asustar a algún humano que estuviese por ahí, nada. - ¿No te da sed de una jugoso humano? - le pregunté inocentemente mientras caminábamos tranquilamente, aunque de solo pensarlo se me hacía agua la boca.

Abrí los ojos de par en par y mis labios se separaron notoriamente ¿QUÉEEE? Aquello era imposible ¿pero cómo? ¿solo animales? Aquello era algo que no podía aceptar era como quitarle los caramelos a un niño, si! Yo era solo una inocente niña y ellos unos dulces caramelos, pensé de forma alegre.

- ¿Estas seguro? - pregunté para asegurarme de que no fuese una broma, aunque por la expresión de su rostro no parecía serlo. - Bueno... no importa - dije tranquilamente aunque pensase que fuese un loco, descerebrado que le faltaban neuronas en el cerebro por negarse a algo tan delicioso como los humanos.

- Ok, ok no te invitaré cuando salga a cazar... - exclamé de forma divertida. Guardé mis manos dentro de los bolsillos externos de mi chaqueta mientras caminábamos, era un lugar bastante tranquilo y oscuro a la vez.

Mi sonrisa se amplio por todo mi rostro al escuchar su respuesta, eso era lo que quería escuchar. Por fin una respuesta coherente que salían de sus labios. - Tendrás que probarla entonces! - exclamé feliz- saldremos a casar y te encantará su sabor, es un placer que te has perdidos bastantes años... - iba seguir hablando cuando sus palabras taladraron mi cabeza no alcancé a emitir palabra cuando sentí sus brazos rodeando mi cuerpo desde atrás, no se podía pensar que un abrazo entre dos vampiros era 'cálido' pero era bastante parecido a eso.

- ¿Qué me estas tratando de decir con eso? -le pregunté haciendo funcionar todas mis neuronas a la vez.

'Querido Alex tengo la leve sospecha que estás leyendo mi mente, no, en realidad estoy segura de eso así que para de hacerlo ahora mismo! ... Espera! ¿desde cuando estas leyendo mi mente? ¿Desde que llegaste al bosque?' Pensé mientras mi ojos se abrían de par en par 'Estúpido Roos! hace algo para demostrar que es verdad lo que estoy pensando y que no me estoy volviendo loca Pensé nuevamente mientras el silencio del exterior nos envolvía y la voz de mi cabeza aumentaba su tono de voz.

- Exacto! Muy pronto probaras solo lo mejor, debemos escoger a alguien con alcurnia, entre más alta su clase social, más apetecible es la sangre -dije tranquilamente- ¿Alguna humana que te haya llamado la atención? - Para morderla justo en la yugular y acabar su vida?, pensé de forma inocente.