You walk to the door, is the morning of your very first day. [libre]

Al fin había llegado. Después de varias horas de viaje, más unos cuantos minutos más que me había perdido en el camino, había llegado al famoso internado. Ese que tanta intriga me hacía tener. Lo que más ansiaba era conocer a alguien que fuera como yo. Alguien que también se convirtiera en lobo cada mes. Pero claro, no podía ir por la vida diciendo "¿Eres un licantropo?". No si quería durar en ese lugar más de dos minutos. Miré a mi alrededor, que estaba atestado de personas pero ninguna estaba tan cerca mio como para entablar una conversación. Me apoyé en una de mis maletas, que estaban tiradas en el suelo. Me quedé ahí, sin moverme, no me apetecía irme a otro lado, y tampoco estaba segura de a donde ir, porque ese lugar era inmenso y apenas conocía la entrada.

Atrajo mi atención la llegada de otra persona al lugar. Me daba muchisima gracia el descontrol y la desorganización del internado. Cada uno entraba cuando quería. Desde la escalera la observé. Siempre que alguien entraba el lugar estaba vacío. Pareciera que todos sabían que iba a llegar alguien más. La mirpe con atención. O era humana o era una licantropo. Me dio algo de pena verla tan sola, ya que sabía lo que se sentía pero, si seguía resiviendo a los nuevos iba a empezar a reclamar un sueldo. Al menos podía conocer gente nueva...
- Hola.- Prácticamente aparecí en frente suyo: ese era un error que siempre cometía.- Bienvenida.

Estaba mirando fijamente el suelo, una costumbre que tenía desde pequeña. Cada vez que me sentía incomoda o fuera de lugar, perforaba el suelo con la mirada. Me quedé ahí, haciendo algo verdaderamente tonto; contando las pequeñas partes de la decoración arruinada de la losa. Estaba contándolas, cuando una voz masculina me distrajo. Levanté rápidamente la cabeza esperando que quien fuese que me había saludado, no se hubiera dado cuenta de lo que estaba haciendo. No quería que de entrada me trataran de estúpida. Lo miré con los ojos entrecerrados, pero sin ningún éxito. Nunca había visto alguien como yo, así que estaba muy lejos de saber si el poseía mi misma condición. Adopté una apariencia más relajada y le respondí con una sonrisa. -Hola y gracias-

- Soy Landon.- Me prensenté. - Y me estoy convirtiendo oficialmente en la persona que resive a la gente al internado. No tengo nada mejor que hacer de día. - Me senté en el piso, frente a ella.- ¿Querés que te ayude a llevar tus cosas a la habitación?